McCartney y Collins: una amistad para toda la vida

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Un día, Paul McCartney llegó en silencio a un hospital de Londres con su vieja guitarra en las manos. Fue a visitar a Phil Collins, quien llevaba tiempo luchando contra una grave enfermedad. McCartney se sentó a su lado y comenzó a cantar “Hey Jude” — su voz era cálida, llena de emoción y recuerdos. Cuando la canción terminó, sonrió y susurró:
«Seguimos siendo una banda… aunque el único escenario sea la vida misma».
La sala quedó en silencio. Muchos no pudieron contener las lágrimas.
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Paul Mccartney
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