El año 1968 dividió el mundo de John Lennon: su matrimonio se rompió y Julian, de cinco años, quedó atrapado entre las guerras de los adultos. En ese momento, no fue el rock and roll lo que entró en escena, sino la amistad. Paul McCartney, al ver al niño cuyo universo se había derrumbado, se sentó en el coche y empezó a escribir una canción, primero «Hey Jules», una tranquila carta de apoyo al niño que no entendía por qué su hogar se había derrumbado. Pero las líneas crecieron más allá del dolor personal. Así nació «Hey Jude», un himno que consoló no solo al hijo de Lennon, sino también a millones de personas que habían perdido la esperanza. La ironía es que el himno más alegre de The Beatles nació del fango del divorcio. A veces, la gran música no surge en el escenario, sino en las lágrimas de un niño que el mundo prefiere ignorar.
- Category
- Paul Mccartney
Commenting disabled.