Bajo el sol abrasador de una carretera en Tennessee, un niño vendía sandías para ayudar a su familia… y fue entonces cuando se detuvo un auto: Elvis Presley bajó la ventana, preguntó el precio y, tras ver que el pequeño no cedía ni un centavo, sonrió, compró todo el puesto y lo llevó a Memphis; ese gesto sencillo —que nadie grabó ni fue noticia— demostró que el rey no solo tenía voz… también tenía corazón, y que a veces un acto de bondad inesperado puede convertirse en un recuerdo que dura toda la vida. #shorts #historia #sabiasque
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