Cuando Linda McCartney falleció en 1998, Paul nunca dejó de amarla: aún firma cartas y notas con las mismas palabras “Todo mi amor, Paul”, confesó que habla con ella todo el tiempo y que nada ha cambiado, y cuando le preguntaron si algún día dejaría de mencionarla, él respondió: “¿Por qué dejaría de amarla?”; incluso en el escenario, al cantar Maybe I’m Amazed, levanta la mirada al cielo como recordando que algunas canciones de amor nunca terminan. #shorts #historia #sabiasque
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